PENSAMIENTO POLÍTICO Y ECONÓMICO EN EL SIGLO XIX. PENSAMIENTO POLÍTICO HEGEL. Las ideas políticas de Hegel, son importantes más que por si mismas por la influencia que tres líneas básicas del pensamiento de este autor ejercerán en teorías posteriores: 1. El método dialéctico Para Hegel la Historia es el desarrollo paulatino que se produce desde la realidad objetiva de la que todo procede, la idea original, hacia el Espíritu Universal, el Absoluto, en un proceso ininterrumpido de perfección de dicha idea. Este proceso de desarrollo de la idea es posible gracias a la lógica de la dialéctica(tesis-antítesis-síntesis). El individuo movido por su subjetividad, desea acceder a lo universal(idea moral). 2. La idea de nacionalidad Según Hegel, la única forma que tiene el individuo de acceder al Espíritu Universal es a través de la mediación de un pueblo. Es por ello que de entre sus postulados filosóficos debemos destacar que según él:
3. La concepción Hegeliana del Estado En cuanto al Estado a Hegel le interesa, ya que es una manifestación política concreta de lo que él denomina Razón Absoluta. En este sentido primeramente le interesará conocer que es el Estado, para juzgar posteriormente las acciones de los Estados concretos. Según este autor el Estado es el instrumento de conciliación entre la libertad individual y el interés universal. Gracias a la razón, el hombre es capaz de trascender su libertad individual para realizarla en lo universal a través de lo que él llama orden objetivo(comunidad organizada), ya que aunque libertad individual y orden objetivo están en oposición, el Estado logra superarla mediante una astucia que el mismo pone en juego: Sirviéndose de la libertad individual lleva a los hombres a reconocer la necesidad de un poder superior y el carácter razonable de su ley, (es decir, los hombres gracias a su libertad individual crean una organización que aunque les limita individualmente la libertad, se la garantiza al nivel universal). Por tanto para Hegel el Estado es una organización racional de la libertad, ya que el individuo puede satisfacer en él sus intereses y reconoce como justas sus leyes, de carácter histórico. Sin embargo este Estado no es para Hegel definitivo, ya que se encuentra sometido a nuevas transformaciones que vienen determinadas por tres circunstancias básicas:
EL LIBERALISMO El liberalismo no puede concebirse como una ideología uniforme. Muy al contrario, presenta grandes diferencias según los países y dentro de estos, según las épocas y según las tendencias. · EL LIBERALISMO INGLÉS Se ocupa fundamentalmente de los problemas económicos. Entre los autores más destacados de la primera mitad del siglo destacan:
A partir de 1848 el liberalismo político se consolida en Inglaterra y no conocerá ya graves conflictos sociales o morales. De entre los pensadores liberales de la segunda mitad del siglo destacan:
· EL LIBERALISMO FRANCÉS El liberalismo francés se ocupa fundamentalmente de problemas políticos. En Francia la carencia de industria y la existencia de una economía esencialmente agrícola, dificultaron la implantación del liberalismo a corto plazo. De hecho, esta ideología fue de oposición durante la restauración, triunfará en 1830 y 1848, aunque será apartada del poder en 1851 y no volverá a él hasta bien entrada la segunda mitad del Siglo XIX, con la proclamación de la Tercera República. De entre los pensadores liberales franceses podemos destacar:
El Orleanismo El liberalismo toma el poder en 1830, basándose en el régimen de Luis Felipe de Orleans, al que apoyarán múltiples familias políticas burguesas. Bajo este gobierno el liberalismo cayó en una serie de contradicciones que lo debilitaron hasta hacerlo caer. Así, por ejemplo, frente a la teoría liberal del libre comercio, la política oficial se caracterizó por el proteccionismo de la economía francesa. Frente al anticlericalismo tradicional de los liberales, se consideró a la Iglesia como una institución respetable. Frente a la doctrina de defensa de las libertades y los derechos, en la práctica se suprimían estas libertades como por ejemplo la de prensa entre otras. Por otra parte, después de 1830, Este tipo de doctrina liberal en Francia, conocida como Orleanismo, sobrevino sin añadir nada nuevo. Constituyó una ideología que sustentó un orden burgués con escasos caracteres democráticos. El Orleanismo fue un sistema problemático debido a sus contradicciones, que lo atrapaban por un lado entre las exigencias del poder, el progreso industrial, y la competencia internacional y por otro en la realización de las exigencias liberales en el plano político, tales como el sufragio Universal, la libertad de asociación, etc. A partir de 1871, tras la caída del Segundo Imperio e instauración de la Tercera República, el liberalismo continúa con el mismo contenido aunque poco a poco se extendió como filosofía a todos los sectores sociales. EL NACIONALISMO El nacionalismo liberal. El nacionalismo es un fenómeno que nace en la primera mitad del siglo XIX, unido indisolublemente a las revoluciones liberales de esa época. Allí donde la industria no existía o era muy escasa y la burguesía tenía un papel muy secundario, nace un nacionalismo liberal y romántico, propiciado por pensadores, escritores y poetas como Michelet o Gioberti. Así por ejemplo, el nacionalismo de Michelet es un canto a la patria francesa. Afirma que la patria se basa en la amistad y que es el punto de arranque para la patria universal. El sentimiento nacional es requisito de la paz y fraternidad universales. La idea de nación está íntimamente unida a la libertad y a la revolución. En Italia, Mazzini es, posiblemente el mejor representante de ese movimiento. Desde el punto de vista ideológico este nacionalismo se orienta hacia un misticismo político-religioso que rechaza categóricamente el utilitarismo social y cree en la fraternidad de los hombres, en la fusión de las clases, en el progreso. Política y religión son para los inspiradores de este movimiento inseparables, ya que en caso contrario la política o la religión sólo pueden generar soluciones despóticas o anárquicas. El fracaso de la revolución de 1848 termina con los sueños de fraternidad entre los pueblos, ya que en la relación entre naciones se impone la fuerza. El nacionalismo de segunda mitad del siglo XIX(antiliberal) El nacionalismo en esta época es radicalmente distinto al de la primera mitad de siglo. Las fuerzas conservadoras, en su afán por recuperar protagonismo frente a los liberales, reutilizarán la idea nacional en otro sentido al utilizado hasta la fecha, dotándola de contenidos agresivos, xenófobos, expansionistas. Bismarck en Prusia y Disraeli en Alemania son los máximos representantes de este nuevo nacionalismo, directamente entroncado con el Imperialismo, que considera que la Nación, unida por las raíces y vínculos históricos, políticos y culturales debe vencer a sus enemigos, imponerse a ellos y dominarlos. En esta nueva concepción nacionalista se remarcan los pleitos, los conflictos y las afrentas históricas que la nación ha sufrido a manos de sus enemigos, con el fin de crear un sentimiento nacional por oposición a lo extranjero. Este tipo de nacionalismo tuvo diversos focos de expansión doctrinal, incluso en los países donde había surgido el nacionalismo liberal. Así en Francia la derrota de 1871 ante las fuerzas prusianas y la pérdida de Alsacia y Lorena acrecentarán un sentimiento de unidad nacional y de odio al extranjero, fortalecido por las doctrinas de regeneración nacional de Renan. Surge así en Francia un nacionalismo conservador, xenófobo, proteccionista, antiparlamentario, que se nutre de los sentimientos de derrota y el ánimo de revancha del pueblo francés. Algunos de los representantes ideológicos de este movimiento son: - Maurice Barrés. Según este autor la energía que necesita un país únicamente puede provenir del pasado nacional, de la tierra y de los muertos. Su nacionalismo exalta el uso de la fuerza, el proteccionismo, la xenofobia y el antisemitismo. - Charles Peguy. Coincide en muchos valores con Barrés, aunque este autor se caracteriza por intentar integrar las tradiciones cristianas y revolucionarias con las tradiciones heroicas del pueblo francés.
Como resultado del auge de este nuevo nacionalismo revanchista expansionista y agresivo, que hace hincapié en la amenaza que suponen los otros países(enemistades históricas) y que tendrá su auge a partir de los años 70 del pasado siglo, la tensión entre los diversos países europeos se acrecentará, favoreciéndose el desarrollo de la industria armamentística e iniciándose una nueva etapa en Europa conocida como la Paz Armada(1880-1914) que desembocaría en la I Guerra mundial. EL TRADICIONALISMO Los cambios sociales que las sociedades europeas soportaron desde principios del siglo XVIII provocaron el nacimiento de corrientes de oposición contrarias a esas modificaciones. Se califica como reaccionario o tradicionalista a aquél que se opone ideológicamente a la revolución. El tradicionalismo es, pues, el movimiento ideológico opuesto a las ideas liberales que irrumpen con gran fuerza en el último cuarto del siglo XVIII y que se consolidarán durante todo el siglo XIX. Los tradicionalistas atribuyen contenidos distintos, y generalmente enfrentados a los asuntos planteados por los liberales. Así, por ejemplo, frente al orden Natural que defienden los liberales para fundamentar sus posturas, los tradicionalistas ligan sus posturas a la Historia. De esta forma toman como puntos de referencia básicos, la continuidad, la herencia, los antepasados, la tierra y el medio. Por otro lado, frente al individualismo liberal formulan el asociacionismo en tres niveles: natural(familia), local(regionalismo, descentralización) y profesional(corporativismo) Además, los tradicionalistas destacan una serie de valores morales que, según ellos, justifica y hace necesaria el tipo de sociedad que defienden: patriotismo, honor, responsabilidad, energía, virilidad, trabajo bien hecho, héroes y heroísmo y orden. Tras las primeras revoluciones burguesas los dos principales teóricos del tradicionalismo contrarrevolucionario fueron Joseph de Maistre y Louis de Bonald. El tradicionalismo de ambos se fundamenta en la teoría del origen divino del poder del monarca. Para ambos la política natural está basada en la Historia. Para Maistre, sin embargo, la Historia se subordina a los designios de la Providencia. Según esto y su visión pesimista de la Historia, la Revolución Francesa fue una expiación deseada por Dios. En la concepción de Bonald y Maistre la sociedad no se compone de individuos, sino que son los individuos los que se constituyen como tales a partir de la sociedad, por lo que carecen de derechos frente a ella y únicamente poseen deberes. La sociedad se acomoda al orden de la Providencia, que no puede ser entendido por la razón humana(se muestran contrarios al racionalismo). El Estado también es resultado de los designios de la Providencia y por tanto éste debe establecerse sobre bases teocráticas. De esta manera se afirma el catolicismo, se justifica la Inquisición( Maistre), se propugna el antisemitismo y la defensa de la esclavitud(Bonald). Maistre, además, subordina el poder temporal al espiritual, atribuyendo al Papa una especie de magisterio universal. Por lo demás ambos defienden los valores morales que hemos señalado con anterioridad(orden, asociacionismo, jerarquía, etc.) En España, estas ideas tradicionalistas fueron defendidas por Donoso Cortés y Jaime Balmes, que no añadieron nada nuevo a lo ya indicado. Pasados unos años, durante la segunda mitad del siglo XIX, en el contexto de las revoluciones liberales de 1830 y 1848, Taine y Renan en Francia establecerán las bases del neotradicionalismo que ejercerá gran influencia sobre el nacionalismo francés. Taine es el representante de lo que podemos denominar el tradicionalismo positivista y cientifista. Taine defiende un determinismo basado en el medio, la raza y la época como elementos decisivos en al formación de las ideas y las realizaciones de los hombres. Pretendía estudiar la Historia de forma similar a como lo hacen los biólogos, al objeto de determinar las causas y las leyes que permiten conocer y prever los acontecimientos. En lo político rechaza la democracia, el centralismo estatal(se muestra enemigo del Segundo Imperio) y el revolucionarismo de la Comuna. Según este autor, todo buen gobierno ha de fundarse en el estudio(didactismo) de la naturaleza y la Historia de la sociedad. La dirección política correspondería a las élites intelectuales y la asociación, en todas sus formas, es la mejor manera de librar una educación cívica y moral y una descentralización del poder. Rentan no añade elementos nuevos al tradicionalismo, aunque le dota de un estilo. Pretende el robustecimiento de la comunidad a través de la colaboración colectiva y la conservación de la herencia cultural francesa. EL CATOLICISMO Hemos de destacar que en el seno de la Iglesia Católica los acontecimientos históricos del siglo XIX determinaron el nacimiento de corrientes ideológicas que es preciso destacar: - El teocratismo intransigente. Este movimiento, inmediatamente posterior a las primeras revoluciones, se fundamenta en un férreo antiliberalismo, en la defensa del orden establecido por el Antiguo Régimen, en el origen divino del monarca y del sistema político y social imperante hasta la fecha. Según esta ideología cualquier intento de modificar la sociedad o la política es ir contra la voluntad de Dios. Decir que este movimiento coincide en algunos de sus postulados con Maistre, Bonald y Lamenais, estando muy directamente relacionado con el tradicionalismo. - El catolicismo social. Esta corriente surge a lo largo del siglo XIX como reacción a la miseria de los trabajadores producida, según los defensores de esta corriente, por los vicios del liberalismo triunfante. Este catolicismo social jugó un papel importante en los acontecimientos de 1848. Uno de los católicos sociales más relevantes fue Frederic le Play. Este autor era contrarrevolucionario desde el punto de vista político. Según él la política debe estar subordinada a la moral y a la religión. Estima, además que el principio de autoridad ha de ser restaurado en todos los ámbitos con sus correspondientes figuras paternales: en la familia, el padre, en la empresa, el patrono, que ejercería como padre de los obreros, etc. Su doctrina en síntesis, procede de una especie de positivismo católico. -El catolicismo liberal. Se trata de una adaptación del catolicismo a los postulados liberales, tanto en lo económico como en lo político. De esta forma según esta corriente de pensamiento el maquinismo, el enriquecimiento, la industria, el parlamentarismo, la democracia y todos los conceptos liberales son obra de Dios y por tanto no se puede ir en su contra, ya que esto supone ir contra la voluntad divina. EL IMPERIALISMO Los fundamentos ideológicos del imperialismo se fueron elaborando a lo largo del siglo XIX. La formación de los Estados nacionales, el darwinismo social formulado por Herbert Spencer(ya comentado con anterioridad) y la confluencia de ambos con la expansión de las economías de las naciones europeas más poderosas, acabaron desembocando en el Imperialismo. Cada país con conciencia de los valores históricos que representa, expresa su voluntad de extenderlos sobre otros pueblos sobre la base de su superior misión civilizadora respecto a las otras sociedades consideradas inferiores y a las que hay que civilizar según el modelo europeo. El hombre europeo es considerado superior y según las doctrinas Imperialistas, es su deber, por mucho que le cueste, transmitir su cultura y civilización a los pueblos inferiores. En este sentido Kipling expondrá que la acción civilizadora es la pesada carga que el hombre blanco ha de sostener. De todas formas, aunque el Imperialismo mantiene unas bases semejantes en la mayoría de los países europeos, sin embargo existen diferencias ideológicas en la concepción Imperialista que cada país tiene y que deben señalarse. Alemania: El pangermanismo. El nacionalismo alemán, ya desde sus orígenes, defiende la superioridad de la raza alemana, la necesidad de la expansión territorial y la importancia de la guerra como generadora de grandeza y beneficios, mostrando un profundo odio por los ingleses y los judíos. Este nacionalismo, popular y dogmático a la vez, se sustenta en una serie de creencias que es preciso señalar: · Alemania estaba predestinada a una misión espiritual que sólo ella podía realizar. ( Fichte, Hegel, Goerres). · La idea de la superioridad de la raza alemana(R. Nanger, Houston , Chaumberlain, List, Bismarck, etc.) · La tradición histórica de Prusia y su grandeza militar, así como el prestigio del Sacro Imperio. Todo esto llevó a una presunción de hegemonía respecto a las otras naciones. · Derivado de todo lo anterior, se produce una exaltación de la guerra como algo beneficioso e inevitable. El pangermanismo es, por tanto, una ideología sostenida en una triple predestinación: espiritual, biológica e histórica. Y si bien florece en tiempos de Guillermo II como consecuencia de las necesidades económicas del pleno crecimiento industrial de Alemania, sus raíces hay que buscarlas en el nacionalismo que surge con anterioridad a la industrialización.
Durante mucho tiempo los liberales británicos defendieron el principio de no-intervención en materia colonial. Sin embargo la confluencia de factores múltiples va a determinar una evolución hacia el imperialismo. En tal proceso influyen fenómenos como el romanticismo inglés(Coleridg), el culto al héroe, basado en la afirmación de que la historia es la historia de los grandes hombres (Carlyle) y la exaltación de la autoridad que surge de la religión(anglicanismo). Pero es sobretodo la necesidad económica de Inglaterra de conquistar nuevos mercados ante el descenso de las exportaciones en 1872, lo que impulsa el movimiento Imperialista inglés, dirigido y secundado ampliamente desde sus principios por políticos como Benjamin Disraeli, de carácter conservador. Por tanto en el caso de Inglaterra hemos de sumar a las necesidades económicas una ideología justificativa sobre el que se desarrolló el movimiento Imperialista. Esta ideología se basa en la creencia de que Inglaterra tiene una misión civilizadora al coincidir sus intereses con los del resto de la Humanidad y ser los anglosajones miembros de una raza superior. El escritor y premio Nobel de literatura(1907) Rudyard Kipling defenderá esta visión del Imperialismo sobretodo a través de sus primeros libros.
Francia también desarrollará, sobretodo durante el último tercio del siglo XIX y coincidiendo con su expansión industrial, un movimiento Imperialista de gran magnitud, justificándolo desde el punto de vista ideológico en la grandeza espiritual e intelectual que el pueblo francés había tenido a lo largo de la historia y seguía teniendo en esos momentos(Grandeur). En virtud de esa grandeza de espíritu, Francia tenía el deber moral de civilizar a los pueblos inferiores de África y Asia, de manera que la cultura francesa, de rango superior, debía ser asimilada por los pueblos dominados, que eran inferiores, ya que esto era lo mejor para ellos. El principal teórico de esta doctrina fue Jules Ferry.
En el caso americano, las ideas imperialistas se producen a partir del fin de la guerra de Secesión(1862-1865), ya que tras ésta, la unificación del territorio provocó un desarrollo acelerado de la economía capitalista, una explosión demográfica y un industrialismo que crearon la necesidad de dominar territorios externos a la nación para proveerse a bajo precio de todo lo que necesitaban, fundamentalmente materias primas. A partir de las necesidades económicas desarrollaron una ideología justificativa de sus acciones imperialistas basadas en el darwinismo social(supervivencia, triunfo y poder de los más fuertes), en el racismo anglosajón, inspirándose para ello en el modelo inglés y en la doctrina Monroe(América para los americanos) según la cual los estadounidenses, como miembros de la nación hegemónica en el área debían ejercer el control político sobre todo el continente americano y aprovecharse así de sus riquezas naturales, excluyendo así a las antiguas potencias coloniales europeas EL SOCIALISMO El socialismo antes de Marx (utópico). El concepto de socialismo surge en la década de los años treinta del pasado siglo en Francia e Inglaterra, aunque con un sentido bastante impreciso. Puede considerarse, al menos originariamente como un conjunto heterogéneo de ideas y hechos que suponen una reacción a las consecuencias sociales de la revolución industrial en los trabajadores(explotación laboral, miseria, enfermedades, alcoholismo, etc.), Dentro de este primer socialismo cabe destacar a diversos autores:
En sus últimas obras Owen anunciaba la venida del reino de Dios, que traerá la paz, la felicidad y la armonía y acabará con la miseria de los obreros y las injusticias sociales de todo tipo. Puede decirse por tanto, que Owen evolucionará en su pensamiento del paternalismo al mesianismo social. Aparte de Owen, hay que considerar el pensamiento “socialista” utópico francés, que se desarrolla en otras circunstancias económicas y sociales, ya que en Francia la primera revolución Industrial tiene escasa repercusión y es un país eminentemente agrícola. En este contexto destacan los siguientes autores:
El Marxismo En la obra de Karl Marx(1818-1883), pueden distinguirse dos etapas delimitadas por el año 1848 en el que abandona Alemania para instalarse en el extranjero. En su primera etapa, rechaza los principios de la burguesía liberal alemana y la posibilidad del reformismo político, rompe todos los lazos con los jóvenes de la izquierda Hegeliana y censura las posiciones de los socialistas utópicos. En su segunda etapa se centra en la crítica de la economía clásica, fundamentalmente a través de su obra “el Capital”. En 1864 funda la Primera Internacional, donde se enfrenta a las ideas de Proudhon, primero y las de Bakunin, después. Hacia 1874 ha de hacer frente a la revisión de sus ideas realizadas por Dühring. Estas ideas son las siguientes:
Marx señala que en la transición del capitalismo al comunismo, el proletariado habrá de vencer una dictadura despótica para vencer las resistencias del pasado. Transitoriamente, el Estado, como instrumento del proletariado, controlaría y planificaría los medios de producción. De todas formas Marx, que elaboró muchos puntos de su doctrina junto Friedich Engels, no especificó nada respecto a las condiciones ni las características de tal dictadura proletaria. Marx estimabas que la revolución debía realizarse en el momento oportuno: cuando la conciencia proletaria y las condiciones socioeconómicas así lo aconsejaran. En esa toma de conciencia y en la dirección del movimiento jugaba un papel decisivo el partido socialista. Los obreros de cada país, en virtud de sus peculiaridades sociales y económicas deberían determinar su propia estrategia revolucionaria. EL ANARQUISMO El anarquismo es un movimiento con una gran cantidad de formas y autores entre los que destacan, Bakunin y Kropotkin. Según éstos, el hombre únicamente sigue su propia naturaleza y no reconoce subordinación alguna de su ser. De ello se deducen cuestiones básicas tales como el antiteismo(negación de Dios) absoluto y rechazo de toda autoridad. En el pensamiento Bakuniano el hombre es bueno, inteligente y libre y no necesita, por tanto autoridad de ningún tipo que lo corrija(ni Dios, ni Estado). Se rechaza cualquier forma de poder, pues se considera una forma de opresión de y, por eso, los partidos políticos, en función de su búsqueda del poder, deben ser eliminados pues no son dignos de confianza. La emancipación económica de los obreros ha de ser obra de ellos mismos a través de su auto-organización, en cooperativas y sindicatos que han de dar lugar a una revolución proletaria. Al no reconocer al Estado en ninguna de sus formas, ni aunque sean transitorias, los anarquistas se están alejando de las tesis Marxistas y de hecho serán expulsados de la I Internacional, en 1872. Según el pensamiento anarquista, el Estado proletario, ideado por Marx como un instrumento provisional para destruir completamente la resistencia burguesa, no sólo no acabaría desapareciendo, sino que además se convertiría en una nueva forma de opresión para los seres humanos, sucesoria en el tiempo del Estado dominado por los burgueses capitalistas. Por tanto tras la revolución proletaria que acabara con el orden burgués, los seres humanos debían autoorganizarse en comunas autosuficientes sin ningún poder ni significado político, en las que la propiedad estuviera socializada. En este nuevo orden la educación basada en los principios de igualdad entre los seres humanos sería fundamental, transformando los valores sociales y junto a la solidaridad y la cooperación mutua serían las bases de estas nuevas organizaciones sociales que propiciarían el bienestar colectivo, la libertad y la felicidad humana. 2.PENSAMIENTO ECONÓMICO EN EL SIGLO XIX. La economía clásica. El fundador de la economía clásica fue Adam Smith, pero la figura más destacada en cuanto al desarrollo de sus teorías fue David Ricardo. Para Smith la solución del fundamento económico de toda sociedad se fundamenta en las leyes del mercado y en la intervención de la competencia y el interés privado. Defiende la no-intervención del Estado en lo económico(laissez faire) y señala que uno de los elementos esenciales del crecimiento económico consiste en la división del trabajo, además el trabajo es la medida del valor. La acumulación de los beneficios constituye el motor que promueve lo mejor de la sociedad. El pensamiento económico de Ricardo constituye una síntesis del de Smith y el de Malthus. Formula una nueva teoría del valor, ya que no está de acuerdo en la identificación entre valor y coste de la producción que realizó Smith. Para Ricardo el valor de los bienes económicos nace del valor del trabajo incorporado en los factores que intervinieron para producirlos(tierra, capital y trabajo) siendo el trabajo el factor esencial de todo valor económico. Su teoría de la renta se basa en la ley de los rendimientos decrecientes de la agricultura. A mayor intensidad de cultivo provocada por la demanda corresponden rendimientos decrecientes de las tierras más fértiles. Ello origina el encarecimiento relativo de las cosechas y el cultivo de las tierras menos fértiles. Concluye que en la formulación de la renta los factores intervinientes entre otros son la variable de la fertilidad de la tierra y las distintas distancias de la tierra al mercado. La renta es para él un superávit sobre el costo de producción(ahorro de trabajo, “valor-trabajo”). Según esto concluye que en competencia sólo se pueden reducir los costos, sólo el trabajo puede ser economizado. Intentó explicar el beneficio del capital partiendo de la teoría del valor trabajo, pero admitió su fracaso. Por otra parte, la ley de la distribución era para él una de las más importantes de la economía. Según esta ley la distribución de la renta nacional entre capitalistas, terratenientes y trabajadores está limitada por los rendimientos decrecientes. El hombre ha de enfrentar necesidades crecientes con recursos que decrecen más rápidamente(influencia de Malthus). Para Ricardo los altos beneficios del capital permitirán nuevas inversiones, elevándose la demanda de mano de obra y los salarios. Se producirá un crecimiento de la población que exigirá más alimentos, lo que conllevará el cultivo de tierras menos fértiles. En tal proceso, cuando el capitalismo deje de obtener beneficios(es el motor de la producción) por causa del gran volumen de la población y lo elevado de sus rentas, se producirá el despido masivo de obreros y la caída de los salarios hasta niveles de subsistencia. Ricardo denominó a tal situación hipotética “estado estacionario”, ya que sólo una mejor tecnología de producción es capaz de sacar a la economía de tal situación. Thomas Robert Malthus. Según este autor la población cada veinticinco años se duplicaría, creciendo en progresión geométrica, mientras que los alimentos, como mucho lo harían en progresión aritmética. Con el tiempo esta situación se haría insostenible, debiéndose establecer controles sobre la población(restricciones morales y retrasos en el matrimonio) que junto a la miseria, las guerras y el hambre frenarían el crecimiento poblacional. Por el mismo mecanismo señalado en la ley de Ricardo, el asalariado estaría condenado a la miseria si no aceptaba el control de la natalidad. Frente a Smith, sostiene que ahorro e inversión no son una misma cosa y según esto la crisis no era sino el desequilibrio entre la oferta y la demanda a consecuencia del excesivo ahorro. Ello originaba el fin del pleno empleo y la depresión económica. Ante esto, ofreció como solución que se potenciara la demanda de bienes de consumo por parte de los terratenientes. Jean Baptiste Say. Su aportación más relevante es la ley de los mercados. Según él la economía tiende siempre al equilibrio con el pleno empleo, ya que considera que los mercados tienen la capacidad de ajustarse automáticamente, siempre en busca del equilibrio. Según su ley no es posible que se produzca una sobreproducción, es decir un desajuste global entre oferta y demanda, aunque admitía que podía producirse algún desajuste entre la oferta y la demanda de un bien particular, pero considerando que el mecanismo de los precios hace que la oferta genere su propia demanda, con lo que los desajustes parciales se corregirían. La ley de Say descansa en dos postulados: que los productos se cambian por otros productos, siendo el dinero un mero medio de cambio, y que la demanda de bienes está constituida por otros bienes, es decir la oferta crea su propia demanda. Con ello estaba formulando un principio básico: que la economía de mercado se autoregula. Además frente al miedo de Malthus por un ahorro excesivo, Say afirma que tal exceso será corregido por la bajada de los tipos de interés, lo que detendrá el ahorro y fomentará el consumo. John Stuart Mill. Su importancia radica en la difusión y sistematización que realizó de las teorías clásicas. Su principal aportación fue la de señalar que en la ciencia económica existen dos tipos de leyes: las de producción y las de distribución. Las primeras son inmutables ya que estaban fijadas por la naturaleza y la tecnología, debiendo los hombres ajustarse a ellas ya que no pueden cambiarlas. Las segundas son el resultado de las instituciones humanas y regulan la distribución del producto social. Stuart Mill sabía que no era fácil separar ambos tipos de leyes. Se abría así la posibilidad de romper las rígidas leyes naturales del sistema clásico. Aunque era defensor de la economía de mercado, defendía el no abandono a sus propias fuerzas del sistema, ya que no cree en el determinismo de unas supuestas leyes naturales. Coincide con Say en que no puede producirse una superproducción general. La crítica al sistema clásico El principio de la natural armonía preside toda actividad económica según Smith. Pero este principio fue abandonado por sus discípulos, pues la actividad económica puso de manifiesto precisamente lo contrario: las duras e inhumanas leyes económicas. La crisis comenzó a considerarse como algo consustancial al sistema económico. Así surgió la crítica al sistema del “laissez faire”. Además de los seguidores de la escuela clásica que pretenden hallar una explicación a la crisis(Sismondi, Rodbertus) cabe citar como corrientes críticas del sistema clásico el movimiento historicista, los socialistas utópicos y el marxismo. Loa historicistas (List, Juglar, Schmoller) acusan a los clásicos de excesiva abstracción y afirman que las teorías económicas son relativas por cuanto son útiles en el periodo en el que nacen. Por su parte los socialistas utópicos, se caracterizan por la formulación de modelos económicos sin relación con la realidad, son modelos perfectos de lo que la sociedad debía ser. Un autor que realizó una crítica con detenimiento al sistema clásico fue Karl Marx. Este autor se basaba en una concepción materialista de la historia, partiendo del principio de que la producción y el intercambio son la base de todo orden. El modo de producción(infraestructura) determina la estructura social y cultural(superestructura), el hombre es fruto de las relaciones productivas, aunque puede modificar tal condicionamiento. La Historia es precisamente el transcurso de ese condicionamiento cuyas leyes de evolución no son otras que las de la dialéctica. Su modelo económico pretende demostrar como el capitalismo explota necesariamente a la clase obrera y como tal explotación conduciría inevitablemente a la destrucción del sistema. En tal modelo debe encuadrarse su teoría del valor-trabajo. Según ésta, el valor de los bienes se deriva de la cantidad de trabajo necesaria para producirlos. Toda mercancía tiene un valor de uso o utilidad que constituye la sustancia de toda riqueza. Además, toda mercancía tiene un valor de cambio, o valor, determinado por el tiempo necesario socialmente para producirla. Según Marx existe una sola mercancía cuyo valor de uso excede de su valor de cambio: el trabajo. Esta es causada por un exceso de población que, al aumentar la oferta de trabajo hace bajar los salarios incrementándose el beneficio. La explotación nace del hecho de que el empresario paga al trabajador una cantidad igual a su fuerza de trabajo, pero ello equivale sólo a una parte de lo que el trabajador produce, dándose lugar con ello a lo que Marx denomina como plusvalía. La ley de decrecimiento continuo de la tasa de beneficio de los clásicos proporcionaba según Marx, una demostración de la inevitable autodestrucción del capitalismo. En la producción capitalista el aumento de los beneficios lleva a la acumulación de capital y la mejora de las máquinas productivas. De este modo la producción se eleva. La mano de obra incrementa su rendimiento mediante el aumento constante del capital que participa en la producción y la disminución del capital variable. Si el trabajo es la única fuente de plusvalía, parece evidente que debe producirse una disminución constante de la tasa de beneficio(relación entre capital total y plusvalía). El marginalismo Hasta mediados del siglo XIX el trabajo se había considerado como la única fuente del valor. A partir de Marx se realizará una revisión progresiva de esta teoría, que culminará con la afirmación de que es el producto el que confiere valor a los factores que han intervenido en su fabricación. El interés se desplaza hacia el análisis del funcionamiento del mercado(formación de los precios), ya que son ellos los que regulan la asignación del valor económico. Los marginalistas(Cournot, Jevons, Gossen, Menger, Wiesser, Böhm-Bawek) admitieron la casi totalidad de los postulados clásicos, aunque los someterán a crítica. El principio clásico de la competencia perfecta es para los marginalistas una hipótesis de trabajo, una construcción intelectual que puede alcanzarse o no, pero que no tiene porque coincidir con la realidad. En opinión de los marginalistas, el principio natural tendente al equilibrio y la armonía o “mano invisible” de Smith debía ser sometido a decisiones de política económica para evitar sus abusos. Los marginalistas sienten una gran admiración por la metodología físico-matemática, lo que les lleva a construir modelos lógicos y coherentes pero que pueden estar desconectados de la realidad. La economía neoclásica Alfred Marshall. La doctrina de este autor consiste en armonizar los principios básicos de los clásicos con los marginalistas. La doctrina económica la concibe como un instrumento intelectual orientado a descubrir verdades específicas, expresadas en forma de leyes económicas. Pero éstas no son eternas, dependen del modelo de conducta humana que se adopte (desaparecen, por tanto, las leyes naturales y eternas). Además afirmó que no puede considerarse el proceso económico como un sistema perfectamente organizado en el análisis económico. No interesa el proceso global, sino el análisis de las múltiples variaciones económicas. El sistema económico es una de las maneras de organizar los factores económicos, pero hay otras. La teoría económica tiene una única finalidad: descubrir el sentido de las relaciones económicas concretas. Interesa diseñar un método analítico que le permita llegar a alguna conclusión después de aislar el comportamiento de un factor económico suponiendo las demás constantes. Frente a otros marginalistas,(Marshall suele ser incluido dentro de las posturas marginalistas) diferenció el método económico del de la Física y las Matemáticas. Entiende la libertad de empresa(básica en la vida económica) ligada a la capacidad de decisión. La competencia se sitúa entre dos extremos: la competencia perfecta y el monopolio. El valor se genera en el libre juego de la utilidad y el coste, ya que tiene lugar en el proceso competitivo del mercado. O si se quiere, el valor se forma en el juego de la oferta y la demanda. Por otro lado, Marshall introdujo la consideración del tiempo a corto y a largo plazo en la formulación económica. Leon Walras. Se centró en la teoría de la determinación de los precios bajo un régimen hipotético de libre y perfecta competencia. Su intención era expresar sus descubrimientos en forma de proposiciones matemáticas, de forma que la economía accediese a niveles científicos comparables a los de las ciencias físicas. Pretende establecer un modelo que le permitiese conocer si es posible alcanzar una situación de equilibrio general y simultáneo para todos los mercados en que se puede descomponer la vida real. Quería demostrar que los resultados de la libre competencia eran beneficiosos. Para ello era necesario conocer cuáles era esos resultados y las leyes necesarias de tal competencia perfecta. Su modelo de competencia perfecta consistía en una subasta masiva en que compradores y vendedores podían modificar sus comportamientos económicos en función de las nuevas circunstancias presentes. 12 1
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